Se viene la tercera reunión intergubernamental para desarrollar una herramienta legal sobre la contaminación por plásticos, y no dejo de pensar en lo útil que sería prohibir el uso de PVC en productos de un solo uso y corta vida útil como envases y vajilla descartables.
El reciclado, que dista mucho de ser una solución total, única y definitiva, ayuda muchísimo a seguir disfrutando de algunos beneficios que nos dan los plásticos, pero con un menor impacto sobre la salud y evitando que ver una costa sin plásticos quede reservado a los sueños.
Que existan plásticos, como el PET de las botellas de agua o gaseosa, cuyo reciclado (que es un reciclado físico) está muy maduro hace que este material sea muy preciado y pase de ser un residuo a ser un insumo de una industria. Podríamos decir, que en este momento es el oro de los recicladores y recolectores.
Pero para reciclar, el primer problema radica en que “Plásticos” es una definición física de materiales que poco se parecen químicamente entre sí, y como pasa con el resto de los residuos, para lograr un tratamiento, reciclado o recuperación más sostenible, lo primero es separar.
Por más voluntariosos y bienintencionados que seamos, no está dentro de las capacidades del humano distinguir algunos plásticos. Además, hay campañas muy exitosas, que suenan muy bien como “botellas de amor” o “bicicletas recicladoras”, que pueden atentar contra el reciclado.
Estas proponen, por ejemplo, llenar botellas de cualquier plástico con cualquier plástico y usarlas para fabricar muebles, ahora, si el que junta y fabrica se ve saturado, haber mezclado, comprimido y/o triturado distintos plásticos, hace que el valioso PET no se pueda reciclar, al menos de manera física, económicamente rentable y con capacidad de procesamiento a gran escala.
Esto suele ocurrir en estos casos, y, una sola etiqueta de PVC, como las de bebidas de hacer deporte que terminan en -ade, contamina unos 20 Kg de PET. Si está entera se la puede separar, pero compactada o triturada convierte esos 20 Kg de oro de recicladores en desperdicios.
Si bien existen formas químicas de reciclar todo el plástico, son más costosas y generalmente no son económicamente rentables o solo lo son para un producto en particular (mobiliario urbano, juguetes, alfombras blandas) que no tiene una enorme demanda, por lo que las plantas que realizan este tipo de reciclado generalmente están saturadas del plástico que utilizan como insumo.
Como cuestiones generales del reciclado, y para sacarnos la idea de que es un unicornio alado que hace desaparecer los residuos, debemos saber que el reciclado suele ser viable cuando existe una demanda del residuo para ser reciclado similar a la del producto que genera el residuo, hay tecnología para gestionarlo.
Esto, que parece un montón, ocurre cuando desde el diseño de un producto se considera que este puede ser un residuo y para evitar que sea un contaminante, debe ser reciclado.
Por: Gaspar Corra, Lic. en Ciencias Químicas (UBA) – Maestrando en Gestión Ambiental (ITBA) y Consultor ambiental. Docente AAMI, Curso Triple Crisis Ambiental.